Cataluña goza de buen carácter en cuanto a tradiciones navideñas se refiere, es famosa por ciertas costumbres especiales que se celebran en la última etapa del año, justamente en el mes de Diciembre. Peculiares, graciosas, extravagantes…así son las costumbres catalanas, además, todas ellas se esfuerzan por vivir la Navidad de una
manera diferente.
El “Tió” es una feria tradicional, con un gran mercado de artesanía, donde se hacen actividades sobretodo para el público familiar relacionadas con la exposición y venta de tions tradicionales, además de conciertos, visitas guiadas, juegos para todas las edades, actividades solidarias…y mucho más. Es una tradición muy arraigada en Cataluña y
Andorra, que lleva el nombre del Tió de Nadal (también llamado simplemente Tió, tronco de Navidad o cepa) y que consiste en algo tan sencillo como darle de palos a un tronco para que “cague” sus regalos.
Es uno de los elementos más importantes de la mitología catalana, que a pesar de las múltiples variantes locales, se mantiene la costumbre de reunir un trozo de tronco o rama gruesa días antes del día de Navidad, normalmente al inicio del Adviento, y llevarlo a casa, donde se le coloca en algún rincón de la casa con una manta “para que no tenga
frío” y donde se le “alimenta” diariamente hasta el día en el que se le hace “cagar”. Hay hogares donde el tió es simplemente una pieza de madera (una o varias sillas, por ejemplo), un trozo de corcho, o una caja, de tamaños diferentes según convenga para el espacio y tamaños de los regalos, que deberá cagar.
Se trata de una tradición con siglos de historia, inicialmente relacionada con la naturaleza, la fertilidad y el solsticio de invierno. El tió es un ritual de origen rural, significa abundancia, donde un tronco viejo y seco regala de sus entrañas golosinas y regalos. Es el augurio del renacimiento de la naturaleza después de la estación invernal.
Con el tiempo y la desaparición del fuego a leña de los hogares, también ha desaparecido la costumbre de quemarlo después y también las costumbres en torno a las cenizas que quedaban. Estas eran utilizadas como elementos de protección contra tormentas o cucarachas, en las casas y en los campos.
La figura indiscutible del Tió, da como resultado la imagen de un muñeco con dos pies, un rostro y una barretina típica, que es el sombrero rojo catalán. El interior del cuerpo, como hemos mencionado antes, suele ser un tronco, que se ahueca, dejando espacio para dulces, chocolates y frutas, que se esconden en su interior. El día 8 de diciembre, es el día grande del Tió, el cual comienza a ser “alimentado” con estos pequeños regalos en forma de dulces. Por la noche, se cubre con un paño rojo y el día 25 de diciembre, el Tió es golpeado con un palo, al grito de Cagá Tió, para que eche todos los regalos que lleva en su interior. El Tió puede ser de cualquier tamaño, pequeño o grande.
Los niños son los que más disfrutan de esta tradición, y los que vigilan al Tió durante los días previos a la Navidad. Cuando llega el momento, son los que golpean al Tió, mientras cantan canciones navideñas.
En esta feria se programan juegos en la calle durante la mañana y hay un espectáculo familiar por la tarde, además de una sesión de cuentacuentos, un taller de cocina, actuaciones musicales y venta de caldo y chocolate caliente, entre otros. El encendido simbólico del árbol de Navidad de la plaza Mayor y el sorteo de un lote de productos
artesanos entre todos los compradores de la feria forman parte del atractivo en este día.
Es muy típico también de esta feria los llamados galets; una pasta en forma de caracol, rellena de carne y verduras que se suelen hacer en sopa. Este plato ha estado en las mesas catalanas navideñas desde hace cientos de años, de hecho es tan importante y reconocida, que en Barcelona hay muchos puestos en las calles que venden y ofrecen
estos galets a los turistas.
¡Os esperamos a todos en la Feria del Tió 2018, y en Casa Albets!