Los últimos acontecimientos nos han llevado a quedarnos en casa, pero todos sabemos que volveremos a salir y disfrutar del fantástico entorno que nos rodea, como nuestro Solsonés. Una tierra que ofrece muchas posibilidades al turista o visitante, desde realizar actividades al aire libre o practicar deportes, a descubrir joyas del románico, el gótico o el barroco. Una comarca donde su gente ha sabido encontrar el equilibrio con el entorno natural. Por eso queremos darla a conocer, para que cuando todo esto vuelva a la normalidad, podáis programar vuestra escapada en el Solsonés. Lejos de las grandes aglomeraciones, pero cerca de todo un patrimonio fascinante.
Y es que el Solsonés es…
Naturaleza en estado puro
La comarca se extiende de norte a sur desde el Prepirineo de Lleida hasta la meseta de la Segarra. Se caracteriza por tener un paisaje que conjuga campos de cultivo con grandes extensiones de bosques y paisajes de alta montaña. Está formada por 15 municipios, pero sólo 6 núcleos de población. El resto del territorio está compuesto por masías diseminadas, una característica que le ha valido el nombre de ‘la comarca de las 1.000 masías‘.
El territorio está conformado por varios valles, como el Valle de Lord o las cabeceras de los valles del Cardener (principal afluente del Llobregat) y de la Ribera Salada (afluente del Segre). Por ello, uno de los fuertes de la comarca son las actividades en la naturaleza: el senderismo a través de las numerosas rutas señalizadas, bicicleta de montaña por los recorridos de la red del Centro BTT Solsonès – Vall de Lord o el esquí alpino en la estación de Port del Comte.
Además, cabe destacar las fantásticas panorámicas que nos ofrece la naturaleza del Solsonés. Algunos de los puntos más destacados en este sentido los encontramos en el Espacio Natural Protegido de las Sierras de Odén-Port del Comte, el valle de la Ribera Salada o al conjunto de la Sierra de Busa y el pantano de la Llosa del Cavall .
Una comarca de antiguas tradiciones
Si algo caracteriza el Solsonés es su afán por mantener y perpetuar las tradiciones. En la comarca hay una importante apuesta por recuperar y mantener los antiguos oficios, como el de alpargatero, cestero o cuchillero. Hecho que también ha ayudado a promover nuevas iniciativas en las que se están desarrollando nuevos productos con las mismas herramientas y técnicas tradicionales. Su promoción y regulación queda bajo una misma entidad, la ‘Menestrala’, la Asociación de Artesanos y Artesanas del Solsonés, que agrupa artesanos y productores agroalimentarios y ecológicos de la comarca.
A nivel turístico, con la voluntad de dar a conocer este gran valor de la comarca, se han impulsado actividades como ‘De los cestos a los cuchillos’ o ‘Cómo trabaja un artesano?’. Unas experiencias guiadas que acercan al visitante a conocer de la mano de nuestros artesanos como se trabaja la madera, como se hace una cesta de mimbre, como se pintan los elementos folclóricos de Solsona, o como se esculpe la piedra. Incluyendo una parte práctica y haciendo participar al turista o visitante de todas estas prácticas trabajando con sus propias manos.
También las ferias y mercados que se celebran durante todo el año tienen una raíz muy tradicional, siempre vinculadas a la actividad económica del territorio. Como la Feria del Trumfo y la Trufa de Cataluña en el mes de marzo, la Feria del Paño Piteu del mes de julio, la Feria del Injerto de Llobera, la Feria de ‘ous d’euga’ y mercado de payés en octubre, la Feria del Trumfo y la Sal de Odèn del mes de noviembre o la Feria del tió del Solsonés en diciembre.
Cultura Popular
El Solsonès cuenta con una rica cultura popular que se ha visto traducida en un calendario festivo que llena las agendas durante todo el año. En toda la comarca son conocidas las fiestas mayores, los encuentros en las diferentes parroquias el día de su patrón o las ‘caramelles’. Estas últimas se celebran el domingo y lunes de Pascua y según el municipio tienen diversa representación. En Solsona, los caramellaires, salen a cantar en la calle acompañados de los trabucaires. Mientras que en el resto de municipios tienen lugar las conocidas ‘caramellas de campo’, donde se recorren las diferentes parroquias y masías de los municipios cantando y bailando los conocidos ‘ball pla, ball del Roser, ball dels cascabells’, etc.
Solsona, por ejemplo, es la ciudad de Cataluña con la mayor colección de gigantes y bestiario. Buena parte de estos elementos surgieron en época del barroco, de la procesión que se hacía por la fiesta de Corpus. Más adelante también se incorporaron a la procesión que se instauró en honor a la patrona, la Virgen del Claustro. Hoy día, mientras no participan en ningún festividad se pueden ver en el Quarto de los Gigantes.
Los más populares son los de Carnaval representados por Gigante Loco, que tiene música y baile con la Giganta Loca, el Mocoso, y la Geganteta, el Tòfol Nano, el Xut, la Draca, el Conde del Assaltu, Oriol, el Olímpico, la Vaca, los Enanos y los Gigantes Locos infantiles. Pero, sobre todo, los que tienen una gran calidad estética son los de Fiesta Mayor, como el Gigante Viejo y el Dragón. Hay que decir que la mayor parte de las piezas que conforman el gran grupo de los gigantes tiene un mismo sello, el artista Manel Casserras y Boix. Una actividad que ha ido traspasando de generación en generación, pasando por Manel Casserras y Solé, y hoy, a manos de las hermanas Sessa y Meme Casserras Moreno en el Taller de Escultura Casserras.
Patrimonio histórico y artístico
Los amantes del patrimonio histórico y artístico tenéis una cita ineludible en el Solsonés y es que entre bosques, caminos rurales y pequeños pueblos se esconden importantes testimonios arquitectónicos. Un legado que ha sobrevivido a guerras y revueltas y que se extiende por toda la comarca formulando una larga lista de lugares preciosos.
El patrimonio barroco, por ejemplo, es uno de los grandes exponentes y es que en el Solsonés se conservan cinco de los conjuntos barrocos más importantes de Cataluña. Sumándose a ellos el retablo de camarín más importante del país de este periodo, ubicado en el Santuario del Miracle de Riner. Los cinco conjuntos son la Capilla de la Virgen dels Colls (Sant Llorenç de Morunys), la Capilla de la Virgen de la Mercè (Solsona), la Iglesia de Sant Pere de Matamargó (Pinós) y la Iglesia de Sant Pere de Madrona (Pinell).
También encontramos románico. Poblaciones como Llobera y Castellar de la Ribera conservan castillos que siguen este estilo, así como la torre cilíndrica de Vallferosa. Pero la iglesia de Sant Esteve de Olius y la escultura de la Virgen de Solsona, custodiada en la Catedral, son los máximos exponentes artísticos del románico de la comarca. Del gótico, también hay un edificio muy importante, la catedral de Solsona que fue construida sobre una iglesia románica durante los siglos XIII-XIV.
El Modernismo también tiene presencia en la comarca. El hotel Sant Roc en Solsona es un buen ejemplo. Una obra construida por el arquitecto barcelonés Bernardí Martorell, quien también se encargó del cementerio de Olius. Por otra parte, de patrimonio arquitectónico industrial hay que destacar los antiguos molinos que siguen el curso del río Cardener, como el de Ratavilla (1098), el de los Cups (1080), el de Rodamilans (1092) y el molino del Puente.
Para conocer más a fondo todo este patrimonio u obtener una idea general, los diferentes espacios musealizados son puntos muy recomendados. Entre todos ellos hay que destacar el Museo de Solsona Diocesano y Comarcal, el Museo de la escuela rural de Castellar de la Ribera, el Ecomuseo del Valle de Ora, el Centro de Interpretación del Valle de Lord, el Pozo de hielo de Solsona o el Espacio Solsonés Barroco del Santuario del Miracle, en frente del centro geográfico de Cataluña.
Como habéis podido leer, la comarca del Solsonés tiene muchos lugares por descubrir y muchas actividades que conocer y en las que participar. Cuando todo esto termine, en Casa Albets os estaremos esperando para ofreceros la mejor escapada en el Solsonès, rodeados de naturaleza y tranquilidad, de una cocina vegana que prima por el producto ecológico y de proximidad y de todas las comodidades que ofrece un hotel rural.